jueves, 19 de octubre de 2017

Educar para una igualdad real

Los estereotipos de género

  ¿Qué son los estereotipos de género? Un estereotipo es una opinión previa, un prejuicio generalizado acerca del género. El estereotipo es un prejuicio acerca de las características que deben tener hombres y mujeres, que engloba desde el modo en que deberían pensar hombres y mujeres, hasta sus gustos, forma de vestir, e incluso funciones sociales que deberían o deben desempeñar, formas de hablar y de comportarse. Estos estereotipos se extienden a la infancia, desde incluso antes de nacer, elegimos colores, ropas y juguetes dependiendo del género del futuro bebé.
Aunque hemos avanzado mucho, los estereotipos de género nos siguen limitando y siguen existiendo determinando la vida de niños y niñas en nuestras sociedades. Socialmente seguimos manteniendo ciertas actitudes y expectativas hacía los niños y hacía las niñas.
  Todavía nos extraña ver que un niño juegue con muñecas, todavía son muy pocas las niñas que juegan al fútbol, pero el poder de los estereotipos va mucho más allá de los gustos e intereses, se extiende hasta determinar lo que tienen que pensar y como tienen que ser niños y niñas. Y cuando un niño o una niña no cumple con estos estereotipos a menudo, es de algún modo castigado socialmente, se le ponen etiquetas, a veces se le aísla, juzga y mira como un bicho raro.



¿Por qué es importante una igualdad real?

Los estereotipos nos limitan y nos dicen cómo tenemos que ser, cómo tenemos que pensar y cómo tenemos que actuar. Y cuando esto ocurre estamos condenando a toda una generación a ser como se espera que sean y a no desarrollar sus propias capacidades y cualidades, estamos condenando a uno de los géneros a ser menos importante que el otro y eso debe cambiar en una sociedad moderna.
No se trata de obligar a los niños a jugar con muñecas o de obligar a las niñas a jugar al fútbol, se trata de educar en una verdadera igualdad sin importar el género y de ofrecer todas las opciones a niños y a niñas con una mente y una actitud abierta. Se trata de dejar que exploren diferentes actitudes, diferentes maneras, y que sean libres para desarrollar su forma de ser con independencia del género.
                                                             
   Fuente: Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga y Pedagoga

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